La espasticidad es una alteración motora caracterizada por un incremento del tono muscular, acompañada de reflejos osteotendinosos aumentados. Forma parte del denominado síndrome de motoneurona superior.

Tradicionalmente y, aún en la actualidad, la inyección de toxina botulínica se realiza mediante localización anatómica exclusivamente o con la utilización conjunta de electromiografía o electroestimulación.

La introducción de la ecografía en esta práctica clínica es relativamente reciente, y está ganando gran popularidad gracias a la fiabilidad que ofrece.
Este Título abordará el tratamiento integral de la espasticidad centrándose principalmente en la infiltración de toxina botulínica. A este respecto, se explicarán las técnicas más tradicionales de infiltración, basadas en la anatomía o la electromiografía, pero se hará especial mención a la utilización de la ecografía.